Para empezar a escribir de los genios de miguel y Leonardo respectivamente empecemos aclarando que fueron contemporáneos pero con diferencias de edades respectivamente El primero nació alla por el 6 de marzo de 1475 en el pequeño pueblo de Caprese, cerca de Arezzo, aunque, en esencia, fue un florentino que mantuvo a lo largo de toda su vida unos profundos lazos con Florencia, su arte y su cultura. Pasó gran parte de su madurez en Roma trabajando en encargos de los sucesivos papas; sin embargo, siempre se preocupó de dejar instrucciones oportunas para ser enterrado en Florencia, como así fue; su cuerpo descansa en la iglesia de Santa Croce. El padre de Miguel Ángel, Ludovico Buonarroti, oficial florentino al servicio de la familia Médicis, colocó a su hijo, con tan sólo 13 años de edad, en el taller del pintor Domenico Ghirlandaio. Dos años después se sintió atraído por la escultura en el jardín de San Marcos, lugar al que acudía con frecuencia para estudiar las estatuas antiguas de la colección de los Médicis. Invitado a las reuniones y tertulias que Lorenzo el Magnífico organizaba en el Palacio de los Medici con otros artistas, Miguel Ángel tuvo la oportunidad de conversar con los Médicis más jóvenes, dos de los cuales posteriormente llegaron a ser papas (León X y Clemente VII); conoció también a humanistas de la talla de Marsilio Ficino y a poetas como Angelo Poliziano, habituales visitantes del palacio. Por entonces Miguel Ángel que contaba con 16 años de edad, ya había realizado al menos dos esculturas en relieve, el Combate de los lapitas y los centauros y la Virgen de la Escalera (ambas fechadas en 1489-1492, Casa Buonarroti, Florencia), con las que demostró que ya había alcanzado su personal estilo a tan temprana edad.
Su mecenas, Lorenzo el Magnífico, murió en 1492; dos años después Miguel Ángel abandonó Florencia, en el momento en que los Médicis son expulsados por un tiempo de la ciudad por Carlos VIII. Durante una temporada se estableció en Bolonia, donde esculpió entre 1494 y 1495 tres estatuas de mármol para el Arca de Santo Domingo en la iglesia del mismo nombre. Más tarde, Miguel Ángel viajó a Roma, ciudad en la que podía estudiar y examinar las ruinas y estatuas de la antigüedad clásica que por entonces se estaban descubriendo. Poco después realizó su primera escultura a gran escala, el monumental Baco (1496-1498, Museo del Barguello, Florencia), uno de los pocos ejemplos de tema pagano en vez de cristiano realizados por el maestro, muy ensalzado en la Roma renacentista y claramente inspirado en la estatuaria antigua, en concreto en el Apolo del Belvedere. En esa misma época Miguel Ángel esculpió también la Pietà (1498-1500) para San Pedro del Vaticano, magnífica obra en mármol que aún se conserva en su emplazamiento original. La Pietà, una de las obras de arte más conocidas, Miguel Ángel la terminó casi con toda seguridad antes de cumplir los 25 años de edad, es además la única obra en la que aparece su firma. El punto culminante del estilo de juventud de Miguel Ángel viene marcado por la gigantesca (4,34 metros) escultura en mármol del David (Academia, Florencia), realizada entre 1501 y 1504, después de su reg
Con anterioridad a la bóveda de la Sixtina, en 1505, Miguel Ángel había recibido el encargo del papa Julio II de realizar su tumba, planeada desde un primer momento como la más magnífica y grandiosa de toda la cristiandad. Pensada para ser emplazada en la nueva Basílica de San Pedro, entonces en construcción, Miguel Ángel inició con gran entusiasmo este nuevo desafío que incluía la talla de más de 40 figuras, pasando varios meses en las canteras de Carrara para obtener el mármol necesario. La escasez de dinero, sin embargo, llevó al Papa a ordenar a Miguel Ángel que abandonara el proyecto en favor de la decoración del techo de la Sixtina. Cuando, años después, retomó el trabajo de la tumba, la rediseñó a una escala mucho menor. No obstante, Miguel Ángel pudo terminar algunas de sus mejores esculturas con destino a la tumba de Julio II, entre las que destaca el Moisés (c. 1515), figura central de la nueva tumba, hoy conservado en la Iglesia de San Pedro in Vinculis, Roma. Pese a que el proyecto para la tumba de Julio II había requerido una planificación arquitectónica, la actividad de Miguel Ángel como arquitecto no comenzó de hecho hasta 1519, cuando diseñó la fachada (nunca realizada) de la Iglesia de San Lorenzo en Florencia, ciudad a la que había regresado tras su estancia en Roma. Durante la década de 1520 diseñó también la Biblioteca Laurenciana (sala de lectura y vestíbulo con la escalinata de acceso), anexa a la citada iglesia, aunque los trabajos no finalizaron hasta varias décadas después. También durante esta larga etapa de residencia en Florencia Miguel Ángel emprendió -entre 1519 y 1534- el encargo de hacer las tumbas de los Médicis en la Sacristía Nueva de San Lorenzo. Ya en Roma, Miguel Ángel comenzó a trabajar en 1536 en el fresco del Juicio Final para decorar la pared situada tras el altar de la Capilla Sixtina, dando por concluidos los trabajos en 1541. En 1538-1539 se iniciaron las obras de remodelación de los edificios en torno a la Plaza del Capitolio (Campidoglio), sobre la colina del mismo nombre, corazón político y social de la ciudad de Roma. Concibió el Capitolio como un espacio ovalado, y en su centro colocó la antigua estatua ecuestre en bronce del emperador Marco Aurelio. En torno a ella dispuso el Palacio de los Conservadores y el Museo Capitolino, así como también el Palacio del Senado, dando al conjunto una nueva uniformidad constructiva acorde con la monumentalidad propia de la antigua Roma. La obra cumbre de Miguel Ángel como arquitecto fue la Basílica de San Pedro, su cúpula se convirtió en modelo y paradigma para todo el mundo occidenta
Por otro lado Leonardo da vinci nació en Italia Leonardo nace en la ciudad de Vinci, cerca de Florencia, el 15 de abril de 1452. hijo natural (ilegítimo) de Ser Piero di Antonio, notario de Florencia, y Caterina, quien casó más tarde con Accatabringa di Piero di Vacca, vecino de Anciano. Educado en casa de su abuelo paterno hasta que en 1469 viaja con su padre a Florencia quedando confiado a Verrocchio (1453-1488), quien se encarga de su formación pictórica. En su taller coincide con Perugino, Ghirlandajo y, probablemente, con Botticelli. De él tomó modelo Verrochio para su David del Museo Bargello.
En 1472, Leonardo aparece inscrito en el registro de la Compagina di San Luca como pintor florentino. En 1476 sufre acusación de sodomía de la que fue absuelto. En esta etapa de su formación, Leonardo, estudia la anatomía humana participando en la disección de cadáveres. De esta época destacan las siguientes obras pictóricas: Bautismo de Cristo (1472, Museo de los Uffizi, Florencia) obra de Verrochio en la que colabora Leonardo; La anunciación (1472-75, Uffizi); Retrato de Ginebra Vencí (1474-76, National Gallery Washington); Virgen Venios (1475-78, Ermitage, San Petesburgo); La adoración de los Magos (1481-83, Museo de los Uffizi) por encargo del convento de San Donato Scopeto, obra inacabada; La anunciación (1478, Museo del Louvre, París); La Virgen del Clavel (1478-80, Pinacoteca de Munich); San Jerónimo (1480, Pinacoteca Vaticana).
En 1482 se traslada a Milán, donde se ofrece a Ludovico Moro como arquitecto, ingeniero militar, pintor y escultor, siendo empleado como organizador de fiestas, creando complicados mecanismos que se utilizarán en fiestas, espectáculos y torneos. Ludovico le encarga una estatua ecuestre de su padre, Francesco Sforza, en grandes proporciones para situarla en la plaza del Duomo de Milán. Leonardo trabajó en ella durante dieciséis años y, aunque nunca fue fundida, dejó realizado un modelo de caballo de ocho metros que fue destruido en 1499.
Participa en discusiones sobre la construcción de las catedrales de Milán y Pavía. Durante sus diecisiete años de permanencia en Milán realiza las siguientes obras pictóricas: La Virgen de las rocas (1483-93, Museo del Louvre); Retrato de un músico (1485-90, Pinacoteca Ambrosiana, Milán); La belle ferronniére (1490-95, Louvre); Dama con armiño (1485-90, Museo Czartoryski, Cracovia); Santa Ana, la Virgen, el Niño y San Juan Bautista (1498-99, National Gallery, Londres); La Santa Cena (1495-98, refectorio de Santa María delle Gracie, Milán).
En 1499 cae el ducado de Milán tras el enfrentamiento con Luis XII de Francia. Leonardo se traslada a Vaprio, Mantua, donde realiza el retrato de Isabel de Este (1500, Museo del Louvre) y Venecia, bajo el servicio de César Borgia para quien realiza trabajos de ingeniería militar.
De vuelta a Florencia y siendo muy conocido en Italia, realiza su obra más notable y conocida, retrato de Mona Lisa o Gioconda (1503-06, Louvre). Este retrato representa a Lisa Gherardini, casada con Bartolomeo del Giocondo, mujer nacida en 1479. la obra fue adquirida por Francisco I por 12.000 francos.
Otra obra de esta etapa es La Batalla de Anghiari (1503-05), pintura mural para la sala del Gran Consejo del Palacio Viejo de Florencia. Obra inacabada.
Se le encargan trabajos de ingeniería que fracasaron como, por ejemplo, los planos para desviar el curso del Arno.
En 1503 vuelve a Milán donde realiza un monumento ecuestre para la tumba de Trivulcio (1511-12). En esta ciudad crea escuela siendo sus seguidores más notables Ambrogio de Predis, Luini y Solario y los españoles Hernán Yañez de la Almedina y Hernando Llanos que fueron los primeros que propagaron el leonardismo fuera de Italia.
De esta segunda estancia en Milán destacan las siguientes obras: la Virgen de las rocas (1507-08, National Gallery) y Santa Ana con la Virgen y el Niño (1510, Louvre).
En 1513 Leonardo viaja a Roma atraído por el mecenazgo del Papa León X de Medicis, aunque reside en Belvedere protegido por el cardenal Giuliano de Medicis, apartándose de la corte pontificia dominada por Rafael y sus seguidores. De esta etapa destacan San Juan Bautista (1510-13, Louvre) y Baco (1511-15, Louvre).
En 1515 se traslada a Francia invitado por el rey Francisco I dedicándose a estudios arquitectónicos para los castillos reales, atribuyéndosele la escalera interior de doble vuelta del castillo de Chambord. Leonardo reside en el castillo de Cloux cerca de Amboise donde muere el 12 de mayo de 1519.
Su obra permaneció olvidada, con excepción del Tratado de pintura, iniciado en Florencia en 1508 y editado en 1651, hasta la publicación de sus manuscritos.
En Leonardo se funden la actividad artística y científica, si esta última fue minusvalorada por sus contemporáneos, en la primera fue valorado como un maestro que supo plasmar la belleza como ideal renacentista. Su técnica más notable es el sfumato consistente en difuminar los contornos basándose en su teoría científica sobre"el espesor transparente del aire". Leonardo intuye que la atmósfera no es transparente, sino que tiene color y formas propias, que cambian por efecto de la luz. Estas propiedades varían el volumen y el color de los objetos.
Leonardo en su constante investigar realiza innovaciones técnicas en el campo de la pintura que hacen que alguna de sus obras corra el peligro de perderse al poco tiempo de su realización, así en la Santa Cena tiene lugar un rápido deterioro debido al uso del óleo aplicado sobre muro. Antonio de Beatis, en 1517, deja constatación del comienzo del deterioro de la obra (diecinueve años después de su realización). En 1556 Vasari se refiere a ella como "una masa de manchas". En 1587 Armenini dice que se encuentra"medio estropeada pero bellísima".
Otra faceta fundamental de Leonardo es la de dibujante. En sus dibujos relaciona el arte con distintas ciencias como medicina e ingeniería al emplearlos como complemento de sus apuntes. Ello nos indica el carácter humanista del autor. Un ejemplo de ello es su Studio (Real Academia de Venecia) sobre el que se puede encontrar más información en El hombre de Vitrubio.
Los enfrentamientos
En 1503 la Republica de Florencia a través de la Signoria (una suerte de primer ministro del consejo de gobierno) le encarga a Leonardo Da Vinci que pinte un enorme mural en una pared de la gran sala llamada Maggiore Consiglio - Gran Consejo - en la primera planta del Palazzo Vecchio. Leonardo por entonces tenia 51 años y era una celebridad que hoy llamaríamos mediática, pues era conocido en toda Europa como artista, ingeniero, músico y un sin fin de habilidades intelectuales y artísticas que seria tedioso enumerar, tan enorme era su sabiduría. Fue una decisión arriesgada, pero, pues el artista acababa pocas obras en las que se veía involucrado, aunque era un encargo oficial y de envergadura, por lo que el toscano acepto encantado. Cuando no llevaba ni un año trabajando a medio ritmo, como era lo normal en él, la ciudad encarga nada menos que a Miguel Ángel Buonarroti que pinte un fresco en la misma sala pero en la pared opuesta. Fue una jugada maestra, pues reunía en un mismo lugar a los dos artistas mas conocidos de la época y los enfrentaba artísticamente, pensando, equivocadamente, que estimularía a los genios en una carrera para pintar el mejor fresco. Leonardo y Miguel Ángel no se llevaban bien, el primero estuvo en el consejo para determinar la posición del David, una de las obras maestras de Buonarroti, en Florencia y, en su opinión lo que se tenia que hacer era ‘…ponerla detrás de un murete frente al Palazzo Vecchio, para que no moleste en las procesiones y actos públicos’. Su recomendación, finalmente, no fue escuchada y pusieron la estatua en medio de la plaza de la Signoria, donde actualmente aun esta una copia a tamaño natural. A Miguel Ángel ciertamente no le gusto nada la actitud de Leonardo para con él. Por otra parte es lógico que se molestase pues, algo hay de verdad en la envidia (seguramente sana) que sentía da Vinci por el joven escultor, poeta, arquitecto y pintor de veintinueve años. El problema es que Buonarroti tenia muy mal genio y tuvieron por lo menos dos broncas formidables. En una de ellas, unos hombres charlaban con Leonardo en la calle y le preguntaron si podía aclararles un asunto literario, en concreto, sobre unos versos de Dante. El maestro, viendo que en esos momentos pasaba Miguel Ángel por allí, les dijo que se lo preguntasen a él, nada mas oír lo que decía da Vinci, se giro en redondo y le soltó ‘ acláraselo tu, que diseñaste un caballo para fundirlo en bronce y, al no poder hacerlo, tuviste que abandonarlo, cubriéndote de vergüenza’, sin venir mucho a cuento, la verdad, marchándose inmediatamente después, lo que dejo a Leonardo con la palabra en la boca y rojo de ira. Hacia unos años Leonardo habia proyectado una enorme estatua ecuestre del Duque Ludovico Sforza, llamado El Moro, gobernante de Milán, que no paso de la etapa de modelaje en arcilla; por culpa de la guerra que iban a entablar en breve con los franceses (que perdieron), todo el metal preparado para la escultura fue utilizado mas tarde para fundir cañones y proyectiles. Esta estatua hubiese sido difícil de llevarla a cabo por querer Leonardo fundirla de una pieza, una monumental tarea, muy compleja técnicamente y a eso se refería Miguel Ángel cuando le espeto, criticando la forma de trabajar de su colega y atacando donde mas le dolía al de da Vinci.
Batalla de Cascina
Miguel Ángel después de pintar el cartón, un boceto a tamaño natural del fresco, a los cuatro meses de recibir el encargo, marcha hacia Roma para trabajar para el Papa Julio II, un miembro de la familia Médicis, dejando el encargo sin terminar. Los que vieron el cartón dijeron que era magnifico, representa la Batalla de Cascina a través de unos soldados que, al ser sorprendidos mientras se bañan en un río, por un ataque enemigo se apresuran a salir del agua y vestirse. El autor nos ofrece una visión secuencial de la acción con soldados en el agua, saliendo de ella, vistiéndose y finalmente marchando hacia el campo de batalla, según una copia de la época.
En estos cartones los artistas experimentaban la composición de la obra y acostumbraban a ser muy detallados, de da Vinci se conservan algunos que son contemplados como obras de arte al mismo nivel que las obras acabadas. Si estaban pintados a escala servían, una vez cuadriculados, para traspasarlos a la pared conservando las proporciones, pero si eran a tamaño natural el procedimiento era mas complejo e interesante. Primero se agujereaba el cartón con finos alfileres, miles de agujeros, siguiendo los trazos, después se coloca en su lugar y se espolvorea con carboncillo en polvo para fotocopiar el boceto sobre la pared, al retirar el cartón debía aparecer debajo el dibujo preparatorio.
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